El pinzón degollado, un longevo adorador del sol

El pinzón degollado, un longevo adorador del sol

También conocidos por «Cabeza cortada» o «Capuchino de cuello cortado», el pinzón degollado debe su nombre a la franja roja que ostentan los machos de oreja a oreja bajo la garganta, como si le hubieran hecho un tajo. Su plumaje varía del gris al beige, su garganta es de color blanco cremoso y lucen en el pecho una tonalidad rojiza.

Las hembras son de una tonalidad más parda, la garganta totalmente blanca y no luce ninguna tonalidad rojiza ni la banda roja del cuello. Ambos tienen las plumas con una marca negra en el centro, lo que da la sensación de tener escamas. Durante el cortejo, el macho ahueca el plumaje para que esos dibujos queden al descubierto.

Pinzón degollado

El pinzón degollado presenta una robustez innata, lo que les hace muy resistentes a las enfermedades. Es un pájaro que hace poco ruido y es muy fácil de cuidar, lo que le lleva a ser una mascota bastante habitual en las casas. Aunque no son ruidosos tienen de una variación de cantos muy bonitos que nos ofrecerán si se sienten cómodos y cuidados.

Un rayo de sol para mi pinzón

Aunque son amantes del sol y el calor, aguantan muy bien el frío si disponen de un refugio calentito para guarecerse. Sin embargo, lo mejor sería que no pasasen la noche a la intemperie para evitar que puedan enfermar. Pueden vivir en una jaula que les permita realizar vuelos cortos, pero es mejor acondicionarlos en pajarejas para que puedan realizar ejercicio.

En su hábitat natural se mantienen en movimiento durante muchas horas, para que puedan imitar este comportamiento será preciso instalar en su pajarera un par de perchas de distintas dimensiones. Además necesitarán que les instalemos nidos, pues en libertad raramente los construyen ellos mismos, y que les proporcionemos lana y fibras de coco para que lo acondicionen a su gusto.

Unos padres muy dominantes

Son pájaros muy territoriales cuando crían, así que no debemos tener más de una pareja en la jaula, a no ser que sea una pajarera muy espaciosa y con suficientes nidos como para que no se peleen por ellos. Lo que no debemos hacer es juntarlos con aves de otras especies, pues puede ser que ataquen los nidos y echen a los huevos o los polluelos fuera.

La hembra pondrá entre 4 y 6 huevos y la incubación se realiza por parte de los dos padres, tardando unos 12 días en eclosionar los huevos. Durante la incubación y la crianza no se debe molestar apenas al nido, ya que corremos el riesgo de que los rechacen y los tiren del nido. Lo mejor es dejarlos tranquilos hasta que llega la hora de separarlos cuando ya se mantengan por sí mismos, lo que se producirá en un mes y medio, aproximadamente.