La iguana, nuestro dinosaurio particular

La iguana, nuestro dinosaurio particular

¿Qué niño no habrá soñado con tener un dinosaurio por mascota? Las películas y dibujos animados nos muestran unos animales increíbles, maravillosos, que traspasan los límites de la imaginación. Y aunque estos animales no podamos tenerlos, existen otros a nuestro alcance que siguen teniendo muchos rasgos en común con ellos.

La iguana y los cocodrilos son algunos de estos animales. Como de los cocodrilos ya hablaremos otros día, hoy nos centraremos en la iguana verde. Este reptil es oriundo de América, abarcando su hábitat natural desde las tierras bajas mejicanas hasta la punta meridional del continente. Ya se encuentran iguanas viviendo entre los aborígenes americanos, por lo que su contacto con nosotros viene de muy antiguo.

Iguana en tronco

Las iguanas tienen un aspecto imponente, como si de un pequeño dragón se tratara. Sus escamas en la mandíbula, sus espinas a lo largo de la columna, el color verde grisáceo… todo nos recuerda a esos reptiles legendarios que tanto la mitología como la ciencia nos muestran. Aunque pueden alcanzar grandes tamaños, cuando en mayo eclosionan los huevos no miden más de 20 centímetros.

La dieta fundamental para su salud

Estos pequeños reptiles son herbívoros, por lo que no se les puede dar alimentos de origen animal. Hay que ser muy estricto en su alimentación pues de ella depende que nuestra iguana goce de buena salud y en su higiene. Deberemos evitar que se puedan producir hongos en su comedero lavándolo entre comida y comida.

También habrá que cambiar todos los días el agua para evitar que crezcan bacterias en ellas, pues las iguanas defecan en el agua. Este comportamiento es normal, ya que son animales que viven cerca de charcas, ríos, lagos o cualquier fuente limpia de agua. Aunque estemos acostumbrados a verlas en los árboles para librarse de los depredadores, las iguanas pueden mantenerse debajo el agua más de una hora.

Alimentos prohibidos

Algunos componentes de las verduras no pueden ser asimilados por el organismo de este reptil. No habrá que darle alimentos que contengan ácido oxálico, como espinacas, coliflor o apio,  ni tanina, como ruibarbos, zanahoria o cebolla. Hay que tener especial cuidado de no darles lechuga, pues, además de contener tanina, les quita el apetito.

Estos reptiles son muy independientes, limpios y tranquilos, aunque también algo ariscos, por lo que puede ser que nuestra mascota no sea cariñosa. En especial habrá que tener cuidado a la hora de manipularla, ya que si se siente atacada podremos recibir algún latigazo de su cola, pues es su arma defensiva.