¿Quién y cómo se acredita un pedigree? (II)

¿Quién y cómo se acredita un pedigree? (II)

Vamos a continuar viendo más cosas sobre el pedigree, ya hemos visto quién lo puede solicitar y ahora vamos a ver todos los pasos para obtenerlo y que nuestro perro tenga todos sus papeles en regla, dando fe de su raza y de sus orígenes.

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¿Qué perros pueden solicitar el pedigree?

Los padres de los cachorros deben de estar inscritos previamente en el  L.O.E o R.R.C  y con sus papeles de propiedad en regla, además de correctamente identificados.

La madre debe de tener más de un año y menos de diez y el padre debe de tener más de nueve meses y menos de doce años en el momento en el que se produce la concepción.

¿Cuándo se solicita?

La solicitud debe de realizarse por parte del dueño de la madre, el propietario en ese momento de la camada, antes de que pasen treinta días desde su nacimiento. Para eso se debe de cumplimentar el impreso de notificación de nacimiento de camada.

Tras esto, el criador recibe otros formularios oficiales que debe de rellenar. En estos papeles figurará también el número del chip de los perros, que deben de ser debidamente identificados por un veterinario. Estos formularios se le entregan al nuevo propietario de cada uno de los ejemplares de la camada, que serán inscritos ya por separado en el plazo máximo de seis meses.

El pago para completar los papeles puede variar, pero ronda los 30 euros. Es decir, no es caro el certificado en sí,  es el poder conseguir dicho papel lo que encarece al animal.

¿Qué valor le da el pedigree a un perro?

Como ya dijimos, el pedigree, si no se quiere hacer negocio criando y no se va a participar en competiciones y exhibiciones, no vale realmente para mucho.

Es tan solo un papel que habla sobre los orígenes del animal y sus características físicas, pero no cuenta nada sobre los largos paseos que nos vamos a dar con nuestro perro durante los próximos años. Tampoco nos da una idea de lo que va a ser ver jugar al cachorro en nuestra sala, quizás junto a nuestros hijos y ver cómo crecen juntos día tras día. O como puede ser que se convierta en nuestro único compañero de vida,  inseparable y quizás esté presente el día que aparezca nuestro compañero o compañera humano…

En definitiva, un papel no va a definir a nuestro amigo ni todas las vivencias que vamos a poder acumular con él.  Y eso se consigue con un perro de cualquier origen, incluido, como no, uno adoptado cruce de diferentes historias y razas.