Traer un gato a casa, la revisión básica

Traer un gato a casa, la revisión básica

Si estamos pensando en tener un gato en nuestro hogar, son muchas las posibilidades que se nos ofrecen. Podemos recogerlo de la calle, adoptarlo a través de uno de los múltiples cauces como protectoras, perreras, particulares, veterinarios y algunas tiendas que se ofrecen como punto de intercambio, o comprar algún gato de raza.

Sea como sea debemos pensar en comprobar las condiciones de salud del gato. Si proviene de la calle, aunque se vea que ha convivido con gente, obviamente deberemos hacerle el chequeo completo, ya que no podemos saber cómo fue cuidado y si mientras ha estado en la calle se ha contagiado de alguna enfermedad. Si lo adoptamos o compramos, nos deben de dar las garantías de que se le ha realizado los protocolos veterinarios acordes con su edad.

Gato tras maceta

Lo más primordial y básico es comprobar si tiene ácaros o pulgas y desparasitarlo interna y externamente. Tal vez sea preciso repetirlo varias veces, dependiendo del estado en el que se encuentre. También se deberá realizar los test para detectar si son portadores del virus de la inmunodeficiencia o de la leucemia felina.

Ácaros y pulgas fuera

Para un primer examen en busca de ácaros debemos mirar las orejas por dentro. Si están limpias será señal de que no hay ácaros, pero si tienen cerumen marrón o negro puede ser producido por estos arácnidos, por lo que el veterinario deberá extraer una muestra y comprobarlo en el microscopio. Normalmente, con una o dos pipetas y limpieza de oídos será suficiente.

Las pulgas son más problemáticas, pues aparte del picor que les producen, podrían darles alergia y llegar a anidar en casa. Lo mejor es revisarlo lo antes posible en el veterinario por precaución. Lo más habitual para detectarlas es observar si en el pelo hay puntitos blancos que brillan y puntitos negros. Los primeros son los huevos y los segundos las defecaciones.

Inmuno y leucemia, unos test básicos

Los test de estas enfermedades víricas se deberían realizar una vez que lleven un mínimo de 2 semanas en nuestra casa, sin tener contacto con ningún gato portador, pues a partir de entonces será cuando el virus se podrá detectar en sangre. Si podemos esperar al mes sería lo mejor. Hay que saber que un gato que da positivo en esas pruebas, puede ser que únicamente tenga los anticuerpos y que en análisis posteriores den negativo.

Hace 10 años era habitual encontrarse con la recomendación de eutanasiar a los gatos que diesen positivo, porque se creía que no iban a vivir mucho tiempo, sobre todo los de leucemia, pero cuando la tendencia se ha ido invirtiendo se ha visto que hay muchos gatos que llegan a viejitos sin que el virus se active.