Un pato mandarín en mi estanque

Un pato mandarín en mi estanque

Hacer un estanque en la casa de campo es dedicar un espacio al sosiego, la tranquilidad y el disfrute tanto de los sentidos como de la imaginación. Nenúfares, carpas koi y unos ejemplares de pato mandarín pueden ser los habitantes de ese rincón de descanso.

El pato mandarín presenta un gran dismorfismo sexual durante los meses de verano. En invierno ambos sexos ofrecen un plumaje más homogéneo basado en el marrón de las hembras, mientras que en verano el macho de pato mandarín cambia sus plumas ofreciendo todo un despliegue de color.

Pato mandarín en el agua

La preciosa combinación de colores, con sus destelleantes irisaciones metálicas verdes, el morado profundo y el delicado coral, entre otros, les hace únicos e irrepetibles, una delicia para la vista mientras descansamos junto al estanque. Originario de Asia, era considerado un símbolo de buena suerte, por eso a cada pareja de recién casados se les regalaba una pareja de patos.

Sociables y frioleros

El pato mandarín es muy sociable, manso y crea vínculos, enseguida, con su cuidador, por lo que puede ser considerado una mascota de jardín.  tiene una salud muy buena y se adapta muy bien a este clima. Lo único que deberemos tener en cuenta es que en los meses de invierno le deberemos proporcionar un espacio donde cobijarse.

No precisan de un estanque de grandes dimensiones, pues con 4 m2 por ejemplar será suficiente. Los jaulones donde pasarán el invierno y la época de cría han de ser lo suficientemente grandes como para albergar en su interior la caja de nidificación. Como la jaula debe ser cubierta y con el suelo y los laterales de madera puede suponer un problema de limpieza. Para ello habrá que instalar un sistema de desagüe.

Alimentación y costumbres

La comida que no se coman hay que retirarla diariamente para no correr el riesgo de que fermente y se produzcan bacterias que puedan afectarles la salud. Al pato mandarín se le puede alimentar con pienso para aves, trigo, maíz, lechuga, semillas de haya, patatas cocidas hechas puré, zanahoria cocida y, ocasionalmente, alguna ninfa de hormiga o lombrices finas y picadas.

Los comederos hay que colocarlos cerca de los bebederos en la zona del estanque y echar la comida por las tardes, que es cuando se alimentan. El pato mandarín suele permanecer mucho tiempo en tierra, pero le encantará bañarse en el estanque si lo mantenemos limpio. Los polluelos nacen ya con plumaje y los ojos abiertos, estando dispuestos a alimentarse solos a los pocos días.